La conquista cristiana de Almería del 17 de octubre de 1147 fue impulsada por el rey castellano-leonés Alfonso VII dentro de algaradas para demostrar la fortaleza cristiana y debilitar a los musulmanes, coincidiendo con el declive almorávide. Además, la ciudad de Almería controlaba gran parte del comercio con el Norte de África y su puerto era centro de la piratería musulmana, que afectaba negativamente a los intereses comerciales de Barcelona, Pisa o Génova.
Los genoveses se coaligaron con Alfonso VII, quien además obtuvo el apoyo de sus vasallos el conde de Barcelona, Guillermo de Montpellier, García Ramírez de Navarra y Ramón Berenguer IV. Aunque el amplio apoyo parecía una cruzada cristiana, no se recibió la bula que legitimara ese carácter por parte del papa Eugenio III.
Esta campaña militar es completamente detallada por una crónica del cónsul genovés Caffaro, y también se recoge en el Poema de Almería, que forma parte de un relato histórico del reinado de Alfonso VII.
Sin embargo en 1157, 10 años después, los almohades lograron reconquistar la ciudad, que no llegó a recuperar el brillo económico y político del periodo anterior.
Para ampliar información pueden consultarse las páginas 130 y 131 del tomo II de la Historia de Almería “Época Medieval. La huella de Al-Andalus”, redactado por Sonia Vital Fernández y Lorenzo Cara Barrionuevo.